Iglesia de Santa MarÃa la Mayor
La iglesia de Santa MarÃa de Alcaudete es un reflejo del arte hispano del siglo XVI, combinando estilos gótico, mudéjar y renacentista. Su nave, construida en el siglo XV, es de estilo gótico y originalmente contaba con techumbres mudéjares de madera. La estructura inicial tiene tres naves y la capilla mayor gótica fue diseñada por MartÃn de BolÃvar.
Con el crecimiento de la villa, la capilla mayor fue ampliada en 1552 en estilo renacentista para dotarla de mayor majestuosidad, y fue diseñada por el arquitecto Francisco de Castillo el mozo. Su diseño introduce elementos clásicos como bóvedas de casetones y ventanas de inspiración palladiana.
La iglesia cuenta con dos portadas destacadas. La del Perdón, en el lado oeste, es de estilo renacentista y está dedicada al misterio de la Encarnación y el Pecado Original. La portada sur, conocida como la puerta de la Inmaculada, es plateresca, con un diseño decorado en su totalidad con elementos caracterÃsticos de este estilo, figuras y sÃmbolos tanto metafóricos como con escenas de la Pasión de Cristo; destaca además elementos heráldicos de los condes de Alcuadete y el obispo de la diócesis.
Otro elemento emblemático es su torre-campanario, añadida en el siglo XVII. Con tres cuerpos y un campanario calado, fue obra de los canteros Juan Roldán y Simón Perales.
Â
Declarada Bien de Interés Cultural en 1931, Santa MarÃa de Alcaudete es un testimonio vivo de la evolución arquitectónica y religiosa de la región, que combina historia, belleza y simbolismo en un mismo espacio.
Iglesia de San Pedro
La Iglesia Parroquial de San Pedro por la falta de espacio de la antigua ermita de los nuevos arrabales de Alcaudete, debido al notable aumento de población en el siglo XVI. Su edificación se planteó bajo un único proyecto, priorizando la estructura por encima de la decoración.
Sus orÃgenes se remontan a la década de 1540, pero las obras no comenzaron hasta 1558, cuando se otorgaron las licencias necesarias y perdones para quienes colaboraron en la construcción. El arquitecto Francisco del Castillo fue el encargado del diseño, aunque la iglesia fue terminada por su colaborador Juan de la Monja en la segunda mitad del siglo XVI.
A pesar de su sencillo exterior, el interior de la iglesia destaca por su belleza y armonÃa, reflejando una atmósfera austera acentuada por los contrafuertes exteriores de los muros de sillerÃa. Su planta es de salón, con tres naves separadas por columnas esbeltas que sostienen bóvedas baÃdas. El coro y el arranque de la torre se encuentran a los pies de la iglesia.
El diseño de los soportes es una solución manierista, con pilares de sección cuadrada y esquinas achaflanadas (excepto en la cabecera). Los capiteles desaparecen y se reemplazan por ménsulas que marcan el inicio de los arcos, delimitando los tramos de las bóvedas. Es interesante notar que los arcos que sostienen las bóvedas están construidos en ladrillo, como solución para aligerar el peso, en lugar de piedra como el resto del edificio.
Â
Aunque no posee un campanario, la iglesia tiene los arranques preparados para uno, lo que sugiere que no se completó debido a la falta de presupuesto. En su lugar, las campanas están alojadas en una espadaña. La Iglesia de San Pedro ha tenido diversos usos a lo largo de los años, fue abandonada, usada como almacenes de trigo en posguerra y finalmente recuperada por los vecinos en el último tercio del siglo XX.Â
Iglesia del Carmen
Del primitivo convento de la Encarnación, fundado el 10 de octubre de 1590 por el IV Conde de Alcaudete, D. Francisco de Córdoba y Velasco, solo queda en la actualidad la iglesia, que se conoce como la iglesia del Carmen. El convento fue una obra patrocinada por el Conde.
La iglesia, de estilo manierista, refleja las concepciones arquitectónicas propias de la época, asà como las caracterÃsticas distintivas de las iglesias conventuales de los carmelitas descalzos. Su planta es de una sola nave, con un corto crucero cubierto por una cúpula con pinturas que representan a los cuatro evangelistas, Santa Teresa y San Juan de la Cruz. A ambos lados de la nave se encuentran tres capillas laterales que se van ampliando conforme se acercan al crucero. En los pies de la iglesia se encuentra el coro, situado sobre un arco carpanel. Tras el presbiterio se encuentra el camarÃn de Nuestro Padre Jesús Nazareno, cubierto por una bóveda de estilo barroco.
Â
En su interior, la iglesia alberga imágenes de gran valor artÃstico. Destacan entre ellas el Santo Entierro (un Cristo yacente articulado atribuido a José de Mora), la imagen de la Virgen de los Dolores, una talla barroca de Santa Teresa o la talla de San ElÃas, una obra atribuida a Pedro de Mena, actualmente considerada la pieza de imaginerÃa más importante de Alcaudete.
Iglesia conventual de Santa Clara
El convento de Santa Clara pertenece a la orden de las clarisas, dentro de la orden de San Francisco. El convento está formado por un conjunto de edificios que se levantan en el barrio de su propio nombre, destacando entre todos el de su iglesia.
El convento de Santa Clara pertenece a la orden de las clarisas, dentro de la orden de San Francisco. Se encuentra en el barrio que lleva su mismo nombre, destacando entre sus edificaciones la iglesia del convento.
La autorización eclesiástica para su fundación fue concedida por el pontÃfice Alejandro VI mediante una bula otorgada en Roma el 21 de septiembre de 1499. Los fundadores del convento fueron D. Alonso Fernández de Córdoba y su esposa, Dña. MarÃa de Velasco. Los primeros ocupantes fueron siete monjas procedentes del Convento de la Santa Cruz de Córdoba, que se establecieron en la Ermita del EspÃritu Santo hasta aproximadamente el año 1550.
El convento ocupa una superficie aproximada de 5.500 m² y fue edificado con capacidad para albergar a 40 religiosas, aunque en su momento llegó a contar con 80 monjas, alcanzando la categorÃa de monasterio.
Uno de los elementos más destacados del convento es su portada, que presenta columnas salomónicas en piedra, un estilo que no se popularizó hasta principios del siglo XVIII. Esta portada es única en la provincia de Jaén y se presenta en dos pisos. Su diseño está relacionado con la obra de Hurtado Izquierdo en Córdoba o con la fachada de la Universidad de Granada. Aunque no se conoce la fecha exacta ni el autor, por el estilo similar a la fachada de la Merced de Córdoba (1745), se puede situar esta obra en el primer cuarto del siglo XVIII.
El edificio tiene una planta rectangular, de tipo cajón, y su construcción se ubica en la transición entre los siglos XVI y XVII. La iglesia se prolonga en los pies por un coro bajo, separada del resto del templo por una celosÃa de menor altura que el resto de la nave y un coro alto sobre este. Además, cuenta con otro coro lateral al presbiterio.
Â
Una de las capillas de la iglesia fue erigida como sepultura de D. MartÃn de Córdoba, IV hijo del I Conde de Alcaudete. Esta capilla cuenta con una reja del siglo XVII, que incluye el escudo nobiliario de los condes.
Ermita de la Fuensanta
La Ermita de Nuestra Señora de la Fuensanta se encuentra al final del parque municipal homónimo en Alcaudete. La actual iglesia fue construida tras los terremotos de 1951 que dejaron la antigua ermita en ruinas. La nueva edificación, obra del arquitecto Francisco López Rivera, fue bendecida por el obispo Romero MengÃbar en 1963, gracias a la colaboración de los alcaudetenses, quienes tanto aportaron económicamente como con su trabajo voluntario para hacer posible la reconstrucción.
La devoción a la Virgen de la Fuensanta en Alcaudete se remonta a la Edad Media. Se sabe que ya existÃa una ermita en 1511, aunque la tradición popular sitúa el origen de la devoción en un milagro acontecido en tiempos de la ocupación musulmana. Según la leyenda, un soldado cristiano herido, al invocar a la Virgen, fue sanado tras beber de un manantial que brotó milagrosamente en el lugar donde hoy se encuentra el santuario. Este hecho favoreció su proclamación como Patrona de Alcaudete, y desde entonces la Virgen de la Fuensanta ha sido venerada como Alcaldesa Mayor y Presidenta de Honor de la Agrupación de CofradÃas.
El estilo arquitectónico del santuario sigue las concepciones del siglo XX, con una clara inspiración en la arquitectura tradicional española y en el uso de materiales propios de la región. La estructura del edificio es de lÃneas sencillas y modernas, adaptadas a las necesidades funcionales del lugar, pero sin perder el aire de solemnidad que caracteriza a los santuarios religiosos. En su interior destaca la simplicidad de sus elementos, lo que resalta la figura central de la Virgen. El camarÃn donde se venera la imagen fue pintada por el artista Francisco Baños Martos, y la imagen de la Virgen, de estilo barroco clásico, es una de las piezas más valiosas del patrimonio artÃstico de Alcaudete. La figura del Niño Jesús, sin embargo, es de una época posterior.
Cabe resaltar el valor simbólico de la reconstrucción del santuario, ya que fue llevado a cabo casi en su totalidad por los propios habitantes de Alcaudete, quienes contribuyeron económicamente o prestaron jornadas de trabajo voluntario. Esta colaboración ciudadana fue fundamental para que el santuario pudiera terminarse en agosto de 1963, dejando una huella de esfuerzo colectivo y devoción popular. Además, la talla de la Virgen fue protegida durante la Guerra Civil Española, siendo guardada en un domicilio particular y posteriormente trasladada a una institución en Jaén para su conservación. Tras el conflicto, pudo regresar a Alcaudete, donde sigue siendo objeto de veneración.