HISTORIA DEL CASTILLO DE ALCAUDETE
Algunas fechas importantes…
- S. XII Alcázar almohade
- 1245 Conquista cristiana
- 1246 Castillo de la Orden Calatrava
- 1312 Toma definitiva por Fernando IV
- S. XV-XVI Palacio de los Fernández de Córdova
- S. XVII Abandono del castillo-palacio
- 1755 Daños del Terremoto de Lisboa
- 1808 Ocupación puntual del Ejército francés
- S. XIX y XX Abandono y ocupación vecinal
- 1993 Adquisición por el Ayuntamiento
- 1997-2005 Restauración
Alcazaba y murallas urbanas almohades
En el siglo XII el Imperio almohade construye una alzaba en la cima del cerro y una muralla urbana alrededor del núcleo urbano, ambas en tapial.
Jalonadas de torres y bestorres, la alcazaba de 330 metros servía de refugio en la parte alta, contando con un aljibe interior, mientras la muralla de casi 1 km protegía la ciudad, de la que se dice que contaba con un gran mercado y estaba muy bien fortificada.
Castillo de la Orden de Calatrava
En 1246 el pueblo y el castillos son tomados, junto con Jaén, por Fernando III el Santo, quien lo entrega a la Orden Militar de Calatrava.
Estos freires (monjes-soldados) refuerzan la muralla de la ciudad, reforman la alcazaba para convertirla en una falsabraga y que dota de liza al recinto y levantan un nuevo castillo-convento adaptado a sus necesidades. En este destaca la torre del homenaje, símbolo del poder de la Orden en la Villa; el refectorio y la capilla, corazón del convento calatravo; un cuerpo de guardia y patio de armas, centro de la defensa del Castillo; y diversas dependencias destacables como las enormes caballerizas y hasta tres aljibes, para servicio del Castillo.
Palacio renacentista
Tras la toma definitiva de 1312 y un breve periodo de realengo, el Castillo y la Villa pasan a ser propiedad de Alfonso Fernández de Montemayor, que se convierte en señor de la villa, pasando el señorío a Condado de Alcaudete en 1529. Durante este periodo se construye en el interior un palacio de corte renacentista, con diversas estancias que se anexan a la torre y las dependencias previas. El mismo se mantiene en uso hasta su abandono a mediados del siglo XVII.
